domingo, 13 de mayo de 2012

La imagen de Tiger Woods cae en picado al destaparse una serie de escándalos


Hasta ahora hemos recogido en este blog algunos casos de empresas u organizaciones que se han visto afectadas por una crisis de identidad corporativa. Ahora bien, debéis saber que una situación de crisis no afecta solo a empresas, sino también a personas.
Por ello, hemos querido recoger en esa entrada el caso de un personaje conocido que se vio afectado por una serie de escándalos y eso le acabó pasando factura a su imagen personal. Nos referimos a Tiger Woods.

Para hablar del escándalo que rodea a Tiger Woods, considerado el mejor jugador de golf de todos los tiempos, tenemos que remontarnos al año 2009. En esta época, Woods sufrió un pequeño accidente de coche cerca de su casa de Florida que le causó algunas heridas leves. El famoso deportista se negó a hacer declaraciones ante la policía, motivo por el cual la prensa comenzó a especular con la posibilidad de que las heridas las hubiera provocado su, por entonces mujer, Elin Nordegren tras una acalorada discusión de la pareja en la que los celos de la guapa modelo pudieron haber sido el detonante de la pelea.

Tiger Woods se encargó de desmentir la noticia a través de su página web y lo que pudo haber quedado en un mal entendido, sin más, se convirtió en un escándalo que ha traído graves consecuencias al jugador.
Y es que, a raíz del incidente, comenzaron a hacerse públicos los escarceos amorosos y las infidelidades por parte del jugador de golf. Una serie de mujeres de diferentes edades comenzaron a pasearse por los platós de televisión haciendo públicas conversaciones que habían mantenido con el jugador, mensajes eróticos y hasta vídeos.  Todo esto comenzaba a dañar la imagen pública de Tiger Woods, quien llevaba más de cinco años casado y tenía dos hijos fruto de esa relación.

Como decimos, al hacerse público el escándalo, la imagen de Woods cayó en picado. Muestra de ello fueron los resultados arrojados por una encuesta realizada poco después del incidente, que vino a demostrar que la opinión sobre el jugador de golf que era
91% positiva; bajó al 43% tras solo quince días, como consecuencia de todo lo ocurrido.

Por otro lado, el golfista perdió dinero y se lo hizo perder también a las marcas publicitarias a las que representaba, pues los telespectadores comenzaron a tener una imagen negativa de marcas como  Nike y  Gatorade, que le patrocinaban y a las que, según hemos podido comprobar, supuso unas pérdidas de entre 5000 y 12000 millones de dólares.  Por ello, y para evitar que el público siguiera asociando sus productos con el rostro del golfista, muchas de esas marcas rompieron sus contratos con el jugador.

En conclusión, se puede decir que todo lo ocurrido supuso un estado de crisis en la marca personal del propio jugador de golf, con lo que se hizo necesario que éste se rodeara de una serie de expertos en imagen y relaciones públicas, que con sus conocimientos en comunicación, lograran hacer frente a la situación y salir del paso para evitar más pérdidas.

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